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Heroico rescate entre niebla y nieve de veinte vacas en Somiedo

  • Administrador
  • 13 dic 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 may



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Publicado por el periódico El Comercio, el jueve12 de diciembre 2024.

Hay historias que merecen ser contadas. Y esta es una de ellas. El heroico rescate de veinte vacas extraviadas en el monte protagonizado por los propios ganaderos de la zona de Valle de Lago, en Somiedo, que unieron esfuerzos y se volcaron para ayudar a uno de los suyos. El pasado sábado, debido al mal tiempo, desaparecieron entre la niebla de los pastos de Valle de Lago un total de veinte vacas propiedad de Cristian Cobrana, un joven ganadero muy conocido en la zona. Durante toda la semana sus compañeros de profesión se volcaron en su búsqueda, pero las malas condiciones climáticas, sobre todo, la niebla y las intensas nevadas impedían dar con el grupo de vacas que probablemente continuaron ascendiendo hasta que se les perdió la pista.

Tras un intenso trabajo sin resultados positivos, toda vez que la permanente caída de nieve iba tapando las posibles huellas del ganado, anoche se decidió dar aviso al 112 para solicitar apoyo en la búsqueda. Afortunadamente, el helicóptero de emergencias pudo rastrear la zona dado que hoy el cielo estaba despejado y, efectivamente, después de un tiempo de vuelo la tripulación pudo ver desde el aire al grupo de vacas por encima de la braña de Murias Chongas, en un lugar llamado La Paradina, muy por encima del Lago del Valle, cerca de los dos mil metros de altitud.

A partir de ahí se organizó un grupo de rescate por tierra integrado por ganaderos de la zona, que con arneses, cuerdas y sus caballos se acercaron al punto señalado por los técnicos del 112. Una vez avistadas, se acercaron al ganado después de horas de caminata. Tras conseguir reunirlas a todas se realizó el descenso, de nuevo durante horas, en medio de una espesa. A las 20 horas concluyó un operativo peculiar con final feliz que pone en evidencia no sólo la dureza de la vida rural, sino también la solidaridad entre los vecinos de Somiedo y muy en particular de una comunidad tan organizada y bien avenida como la de Valle de Lago.


El recuerdo de una tragedia en el mismo lugar

Lo que pudiera parecer una anécdota trajo a muchos el recuerdo de lo ocurrido en enero de 1997 en el mismo valle de Valle de Lago, cuando el biólogo madrileño Miguel Ángel Arandía, que contaba 29 años, falleció congelado a apenas un kilómetro del pueblo de Valle de Lago mientras su amigo Pablo García Martí, de 26, se arrastraba hasta el pueblo para buscar ayuda. Ambos, junto a una pareja, habían emprendido la subida hasta el lago de Valle. La pareja bajó antes, pero Pablo y Miguel Ángel siguieron hasta el lago y a la vuelta les sorprendió una intensa nevada acompañada de ventisca, que les hizo muy difícil avanzar, al punto de que el biólogo quedó agotado en la nieve, tras intentar acceder a una cabaña de teito, mientras su compañero, que conocía la zona por tener allí parte de sus orígenes familiares, tardó a causa de la nieve hora y media en recorrer lo mismo que en otras ocasiones, en buenas condiciones meteorológicas, apenas le costaba minutos. La nieve fue, en esa ocasión, todo lo traicionera que puede ser.

 
 
 

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